Amar al marido adecuado de Victoria Alexander

                                         

¿Crees en el destino? ¿En que todo ocurre por una razón y, hagas lo que hagas, estás resignada a terminar en el mismo lugar? O, por el contrario, consideras que, en ocasiones, es necesario que alguien nos dé un empujoncito para «despertar» de nuestra complaciente existencia?

Ésto último es lo que creen unas cuantas damas de la alta sociedad londinense, hartas de que sus dulces retoños no se decidan a casarse de una vez. Para remediar esta intolerable situación, deciden tomar cartas en el asunto y formar una sociedad estrictamente secreta que les buscará pareja a sus descendientes, lo quieran ell@s o no.

De este modo tan ingenioso se inicia el Cuarteto Pennington y las primeras víctimas de los enredos paternos son Marcus Holcroft, octavo conde de Pennington -quien recibe como un jarro de agua fría la noticia de que dispone de tres meses para casarse con la desconocida señorita Gwendolyn Townsend, a riesgo de perder toda su fortuna-, y Gwendolyn, a quien se le notifica que podrá acceder a una cuantiosa suma de dinero, tras quedarse sin nada al morir su padre y carecer éste de hijos varones.

Mientras Gwen se muestra reacia a la idea del matrimonio -puesto que cree fervientemente que enamorarse de un hombre es la perdición de la mujer-, Marcus desplegará todos sus encantos de libertino para conseguir que esa atractiva joven acceda a casarse con él.

La trama se desarrolla de forma ágil, con pocas descripciones y amplios diálogos entre los personajes -en ocasiones, excesivamente largos para mi gusto, llegando a ser tediosos-, lo que hace de esta novela una comedia romántica que puedes leer de un tirón. El humor es un protagonista más y el eterno conflicto entre hombres y mujeres luchando por entenderse. Me encantó que cada capítulo se inicie con una cita de las protagonistas femeninas acerca de sus reflexiones sobre los hombres. Frases ingeniosas e irónicas, y no menos ciertas, como «Incluso aunque escojamos a un hombre por las razones correctas, la fortuna, el título, el poder, siempre lo amaremos por las razones equivocadas».

Por otro lado, es interesante el incapié que hace la autora sobre lo injusto de las leyes sucesorias inglesas en el S. XIX para las mujeres, que quedaban supeditadas a lo que el heredero varón decidiese. Desafortunadamente, la historia va perdiendo intensidad, a medida que avanzan las páginas, y ganando en cursilería, aunque no deja de ser una novela de tono ligero, tierna y divertida, perfecta para estas noches de invierno.

Más información| Terciopelo, web de Victoria Alexander (en inglés)

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